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La educación ambiental se interesa igualmente con la viabilidad o sustentabilidad, aunque debe evitar limitarse a la propuesta del desarrollo sostenible. Si bien la legitimidad de esta propuesta puede explicarse por la crisis de seguridad que caracteriza nuestra época, no puede sin embargo considerarse como un fundamento ético. El desarrollo sostenible propone una visión del mundo (una cosmología) antropocéntrica que se articula en torno a tres polos: la economía, la sociedad y el medio ambiente. Esta visión separa la economía de la sociedad y reduce el medio ambiente a un depósito de recursos. Ello lleva a una concepción del desarrollo humano orientado hacia el crecimiento económico y por consiguiente hacia la competitividad y la desigualdad (Rist, 1986). Aún cuando se pretenda redefinirla en función de un desarrollo alternativo, el valor de duración (como eje ético de la sostenibilidad) no resiste al análisis ético. Por el contrario, la propuesta de una ética de la responsabilidad aparece más enriquecedora y profunda. Más allá de la responsabilidad cívica, se trata de una responsabilidad fundamental, basada en la conciencia crítica y en la lucidez, que vincula el ser con el actuar, tanto a nivel individual como colectivo. [P. 7]
Ambiental/Seminario 1/U1-Profundizacion/1 Sauvé.pdf
Sauvé, L. (2003). Perspectivas curriculares para la formación de formadores en educación ambiental. Memoria del Primer foro Nacional sobre la Incorporación de la Perspectiva Ambiental en la Formación Técnica y Profesional.
Principio 7. Los Estados deberan cooperar con espiritu de solidaridad mundial para conservar, proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que han contribuido en distinta medida a la degradacion del medio ambiente mundial, los Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los paises desarrollados reconocen la responsabilidad que les cabe en la busqueda internacional del desarrollo sustentable, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente mundial y de las tecnologias y los recursos financieros de que disponen.
Ambiental/Seminario 1/U2-Profundizacion/3 Material de profundización U2 S1.pdf
Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el desarrollo. Rio de Janeiro, 14 de junio de 1992
La educación ambiental debe impartirse a personas de todas las edades, a todos los niveles y en el marco de la educación formal y no formal. Los medios de comunicación social tienen la gran responsabilidad de poner sus enormes recursos al servicio de esa misión educativa. Los especialistas en cuestiones del medio ambiente, así como aquellos cuyas acciones y decisiones pueden repercutir de manera perceptible en el medio ambiente, han de recibir en el curso de su formación los conocimientos y aptitudes necesarios y adquirir plenamente el sentido de sus responsabilidades a ese respecto.
Ambiental/Seminario 1/U2-Profundizacion/2 Material de profundización U2 S1.pdf
Declaración de la conferencia intergubernamental de Tbilisi sobre Educación Ambiental. Tbilisi, Georgia, 14-26 de octubre de 1977
No hay precedentes muy exactos para indicar lo que se puede esperar en estos países a consecuencia de las grandes olas mundiales. Sin embargo, la historia moderna tiene un antecedente algo parecido en el área de la cultura popular y empresarial. La hegemonía norteamericana en las industrias cinematográfica, comunicaciones, ciencias y tecnología y el comercio, tal vez presten un ejemplo aleccionador. (...)
Pero vale la pena anotar, de manera aparte, que ha habido un cierto decaimiento en la cultura norteamericana también. (...) [Que se observa en la degradación y vulgarización completa de muchos aspectos de la cultura popular y comportamiento público en ese país.]
(...)
La pregunta que se impone a raíz de esta observación, que es pertinente, es ¿por qué esto ocurre en una sociedad que ha hecho tanto para satisfacer las necesidades básicas de su población? Tal vez la responsabilidad de la sociedad para proporcionar las condiciones para el desarrollo humano, tiene sus límites. Claro, en el concepto católico, el individuo tiene que hacer su parte; la sociedad debe proveer las condiciones básicas, es decir, las condiciones de justicia y oportunidad, pero le incumbe al individuo, la familia y su contexto social inmediato hacer el resto. Es decir, el ser humano efectivamente tiene un libre albedrío que le permite actuar de acuerdo con, o en contra de, los propósitos de Dios. La sociedad debe proporcionar las libertades y condiciones básicas y el individuo tiene que cumplir con su parte. En el concepto de la Iglesia, la persona debe trabajar por su pan de cada día. El Estado, en la línea central del pensamiento católico mantiene que los padres, y no el Estado, deben asegurar los medios adecuados de su familia; en este pensamiento los organismos de caridad tienen una responsabilidad de intervenir cuando el mecanismo regular de la familia se encuentra incapaz de funcionar adecuadamente, como es frecuentemente el caso en los países en vías de desarrollo. El camino hacia la salvación es largo, arduo y algo solitario, enseña la Iglesia; uno tiene que luchar y bregar por su salvación todos los días de su vida. Lo que suministra el estado de bienestar es importante, aun esencial como base de una vida digna y decente; pero el desarrollo espiritual es responsabilidad personal y cosa muy distinta.
Ambiental/Seminario 4/U10-Profundizacion/6. Materiales de profundización.pdf
Mateus, J. R., & Brasset, D. W. (2002). La globalización: sus efectos y bondades. Economía y desarrollo, 1(1), 65-77.
Sjlvanq E. R. (2018) [] Mis sitios