El aprendizaje invisible aborda la tecnología como una herramienta pragmática, con un uso intencionado y cuyo objeto es mejorar la experiencia humana en sí. Es decir, el uso que se hace de la tecnología se caracteriza por los siguientes elementos:
* Propósito bien definido: las tecnologías tienen que tener un propósito y una aplicación concreta. Introducirlas por el mero hecho de introducirlas llevará únicamente a que no sean utilizadas, a que los usuarios hagan un uso incorrecto de las mismas y/o a que se produzcan resultados no deseados.
* Tiene por objeto contribuir al desarrollo de nuestro mindware: las tecnologías deben ocuparse no sólo de mejorar el hardware o el software, sino también de sacar más provecho a nuestro mindware. Es decir, deben utilizarse como instrumentos para potenciar nuestra imaginación, nuestra creatividad y nuestra capacidad para innovar.
* Funciona como una herramienta social: las tecnologías se utilizan a menudo con un fin social. Por ello es necesario abordar el uso social que se hace de las mismas. Herramientas sociales y para el aprendizaje como Facebook, Twitter, etc., a menudo son bloqueadas en entornos educativos formales.
* Es experimental: incorpora el "aprender haciendo" y permite una experimentación que puede llevar a éxitos y eventuales equivocaciones sin que se conviertan en fallas.
* Evoluciona constantemente: al tratarse de un área "en fase de prueba" en la que surgen nuevas ideas y nuevos enfoques, el uso que se hace de la tecnología está sujeto a constantes cambios y transformaciones. A medida que evoluciona, también lo hacen la sociedad, nuestra forma de aprender y compartir dicho aprendizaje.
Cobo, C., & Moravec, J. W. (2011). Aprendizaje invisible. Hacia una nueva ecología de la educación. [Barcelona][Sevilla]: Publicacions i Edicions Universitat de Barcelona; Universidad Internacional de Andalucía, 2011..