Camila
Camila en La Eneida
«Vino en pos de ellos la guerrera virgen Camila, de la nación Volsca, capitaneando lucidos escuadrones cubiertos de acero. No están avezadas sus mujeriles manos a la rueca ni a los canastillos de Minerva; pero sabe resistir los duros afanes de la guerra y vencer en su rápida carrera a los vientos; capaz hubiera sido de volar por cima de las mieses sin tocarlas ni doblegar tiernas espigas y de cruzar el mar, suspendida sobre las hinchadas olas, sin mojar en él las veloces plantas. Toda la juventud, todas las madres se precipitan de los caseríos y de los campos para verla pasar embelesadas y admirar su bizarría; cómo vela sus delicados hombros un regio manto de púrpura, cuál sujeta sus cabellos un broche de oro, cuán airosa ostenta a la espalda una aljaba licia y blande en su mano, a modo de los pastores, una lanza de mirto con férrea punta». Fragmento del Libro VII de La Eneida, Virgilio.