Anna Perenna

La divinidad Anna Perenna participa de dos tradiciones diferentes. Una de ellas la considera hermana de la reina de Cártago, Dido, y relata su ascensión a ninfa acuática, efectuada por el dios del río homónimo Numicio. En otra tradición, más antigua, Anna Perenna, venerada en un bosque sagrado al norte de Roma, en la Vía Flaminia, habría sido una anciana que, en las luchas entre patricios y plebeyos, cuando la secesión de la plebe al Monte Sagrado, elaboraba tortas con las que ayudaba al pueblo a soportar el hambre. Ello le valió que, al reestablecerse la paz, fuese divinizada.

En la primera versión, Anna Perenna, después de la muerte de Dido, debe huir de Cártago a causa de la invasión de Yarbas. Llega así a Mélite, isla de la costa africana, pero debe escapar nuevamente, esta vez de Pigmalión, rey de Siria, quien solicitaba que le sea entregada la fugitiva.

En el mar, una tempestad arroja la embarcación en la que Anna viajaba a las costas del Lacio, precisamente a la ciudad de los Laurentes, donde reinaba Eneas. Acates reconoció a Anna durante una caminata por la costa junto a Eneas y este último, conmovido, ordenó que fuera dispuesta en el palacio una habitación para ella. Lavinia, esposa de Eneas, no vio con buenos ojos la presencia de Anna quien, advertida en un sueño de esto, se ve obligada a huir temiendo lo que la reina pudiera tramar en su contra. En su errabundeo, Anna se encuentra con el dios de un río próximo, Numicio, quien la arrastró hacia su lecho.

La expedición que se había organizado para buscar a Anna descubrió que las huellas terminaban a orillas del agua y, desconcertados, presenciaron la aparición de una divinidad que emergió del río revelándoles que ella, Anna —desde entonces Anna Perenna—, había sido convertida en ninfa acuática.

Los servidores de Eneas celebraron el acontecimiento con fiestas y banquetes, lo cual se convertiría en una costumbre anual para honrar a Anna.

¿Y tú qué tienes para decir acerca de Anna Perenna?