Acis
El joven a quien mató un más poderoso pretendiente de su amada
«A él yo, a mí el Cíclope sin ningún final me pretendía,
y no, si preguntares, si el odio del Cíclope o el amor
de Acis en nos fuera más presente, te revelaré:
par uno y otro era».
Ovidio. Metamorfosis
El bello pastor siciliano Acis, hijo de Fauno y
de Simetis, la ninfa del río Simetro en Sicilia,
era amado por la ninfa Galatea,
quien, a su vez, era pretendida por el cíclope Polifemo.
Cierta tarde, al descubrir a Galatea junto a Acis en una playa, Polifemo enfurece. Profiere amenazas con una voz tan potente que hace estremecer al Etna y comienza a perseguir al joven en tanto que Galatea, muy asustada, se sumerge en el mar para ocultarse. Acis intenta huir implorando la ayuda de la ninfa y encomendándose a los dioses.
Polifemo arroja entonces al joven “una parte del monte arrancada” que lo aplasta bajo su peso y lo sepulta.
Cuenta Ovidio que la sangre que comenzó a manar de la mole de piedra fue variando de un color rojo al color que tienen las aguas de un río enturbiado por la lluvia y que, luego, fue limpiándose. La piedra comenzó entonces a resquebrajarse y de una de sus grietas surgió un joven en quien, aunque más grande y con el rostro azulado, podía reconocerse a Acis.
Neptuno había escuchado los ruegos de Galatea y convertido a Acis en el río que lleva su nombre en las proximidades del Etna.